Esta claro que los conocimientos que adquiere un estudiante, le llegan a través de la lectura. Durante el proceso de enseñanza y aprendizaje, desde la primaria hasta la educación postgraduada, se necesita leer una variada gama de textos para apropiarse de diferentes conocimientos y la importancia del hecho, no sólo radica en "el contenido", sino en la cantidad, el estilo y hasta los "propósitos" de cada lectura. Con frecuencia, los profesores consideran que los alumnos saben leer, porque saben, o pueden visualizar los signos y repetirlos oralmente, o bien porque tienen la capacidad para decodificar un texto escrito.
Sin embargo, decodificación no es comprensión, que sería un primer nivel de lectura, con lo cual no debe conformarse el docente, ni el estudiante.
Sin embargo, decodificación no es comprensión, que sería un primer nivel de lectura, con lo cual no debe conformarse el docente, ni el estudiante.
Sería conveniente, pues, preguntarnos: ¿Cuántos profesores y padres exigen a sus alumnos, leer? ¿Qué cantidad de páginas se espera que un estudiante lea en determinados períodos?. Pero, y lo que es igualmente, o más importante: ¿Qué se espera que haga un estudiante con la lectura que realiza? ¿Somos conscientes de que orientamos y estimulamos eficientemente la lectura y comprensión de textos escritos a nuestros alumnos? El docente, por tanto, no puede proponerse como único fin, " hacer leer ", se hace necesario marcar la intencionalidad: leer, ¿qué?, ¿cómo?, ¿para qué?
La lectura es la llave prodigiosa de la información, de la cultura, del mundo de la ficción, de la fantasía.
Conseguirla no es tan sencillo: está al alcance de todos los niños, pero con condiciones. La importancia de la lectura en los niños se basa en sus beneficios a la hora de estudiar y adquirir conocimientos. La colaboración de los padres es necesaria para impulsar el proceso de aprendizaje.
La importancia de la lectura en los niños
Hay una labor familiar de preparación extremadamente importante antes de que los niños aprendan a leer, y de seguimiento, después. Aunque resulte increíble, se recomienda poner a los niños en contacto con la lectura a partir de un año aproximadamente. Hablamos de cuentos con grandes imágenes y poco texto, que se irán complicando y ampliando a la medida del lector. Merece la pena perder el tiempo con los niños leyéndoles y contándoles historias porque los efectos pueden ser muy positivos.
A corto plazo la lectura permite:
- Enriquecer la relación adulto-niño
- Familiarizar al niño con los textos
- Ampliar y organizar el universo del niño
- Desarrollar las capacidades mentales del niño
- Un niño de siete años no digiere cualquier libro. Si no comprende lo que lee, no desarrollará una auténtica actividad de lector.
- El lector principiante necesita un texto a la medida de sus capacidades, adaptado a su sensibilidad, que tenga en cuenta su lenta progresión.
- La lectura-placer es un magnífico entrenamiento para entender y apreciar los libros de texto. Y los libros de texto sugieren aficiones y otras lecturas.
- Hay que dejar al niño elegir las lecturas. Si no termina un cuento, tal vez no sea por pereza o inconstancia, sencillamente se ha equivocado en la elección. Tendrá muchas oportunidades en su vida escolar y familiar para encontrar temas interesantes.
- Para acompañar a un lector que empieza, es preciso conocer sus gustos. Animales, brujas, la prehistoria... La propuesta debe ser amplia y variada. Si un niño está fascinado por un tema, decidirá voluntariamente detenerse en comprender el texto, ayudado por las imágenes.
- Al principio conviene seguir leyéndole los textos, porque su lectura es dificultosa y lenta y puede acabar cortando la comunicación.
- No se debe confundir la lectura escolar, que es un ejercicio de progresión, y la lectura-placer. En la lectura-placer se puede equivocar, interpretar mal el sentido. No importa. Él solo se corregirá.
- La cita periódica y puntual con la lectura-placer es muy positiva.
- Libros, revistas, cómics. La calidad es lo importante.
Los especialistas en lectura están de acuerdo en que leer es un hábito, un placer, que difícilmente se adquiere en la edad adulta. Y que la afición a la lectura tiene muchas posibilidades de consolidarse cuando se ha despertado en la niñez. A veces escuchamos a los padres lamentarse: a mi hijo no le gusta leer. Y lo dicen con cierta inquietud. En realidad, hay muchas personas a las que no les gusta leer. Es una cuestión de temperamento, de intereses, de medio
Leer es una actividad contemplativa que necesita concentración, silencio, aislamiento, inmovilidad, exclusividad. Pero, a pesar de las excepciones, la afición a la lectura depende también de cómo se haya abordado la cuestión cuando los niños ya leen.
Muchas veces se ha considerado que un niño sabe leer porque pronuncia una frase escrita. A los seis o siete años aproximadamente, comienza a utilizar un código, pero le hará falta tiempo para saber utilizarlo realmente. Porque saber leer es apropiarse del texto: elegir la lectura, leer rápidamente, ser capaz de servirse del texto para algo, hablar del mensaje, completarlo y ampliarlo con otras lecturas.
Beneficios de la lectura
La recompensa del placer de leer es muy variada. Aqui listamos algunos mas importantes
- Ser mejores en todos los aspectos
- Ejercita el cerebro
- Mejora la concentración
- Aprenden sobre el mundo
- Desarrolla habilidades lingüísticas
- Desarrolla su imaginación
- Desarrolla su empatía
- Mejora su desempeño escolar
- Ofrece entretenimiento
- Relaja el cuerpo y la mente
- Da mayor confianza y autoestima
- Aprendes y solidarizas mas
- El libro es mas portatil y duradero que todo